Sin lugar a dudas vivimos una época signada por la cultura del aprendizaje continuo y dinámico. Los constantes cambios, el teletrabajo y la
transformación digital imponen la necesidad de la actualización permanente de habilidades y la recapacitación para poder moverse en un mercado laboral cada vez más competitivo, desempeñarse en nuevos roles o migrar a un área diferente.
En este contexto, la manera correcta de manejar la formación y desarrollo de los colaboradores toma en cuenta que ellos son cada vez más exigentes en sus demandas por ambientes laborales inclusivos, llenos de oportunidades, sensibles y divertidos. Con experiencias de formación personalizadas y diferenciadas que den respuestas a sus necesidades y motivaciones.
Conoce la importancia de un buen clima laboral.
Así predominan entre los colaboradores los estilos y ritmos de aprendizaje anclados en el desarrollo de habilidades prácticas que permiten cuantificar procesos y obtener datos utilizando plataformas de formación online versátiles, con elementos gamificados, formatos de micro aprendizaje y herramientas interactivas que demandan accesibilidad desde cualquier lugar, horario o dispositivo de manera inmediata. En MAIA HR estamos a tu disposición para apoyarte con herramientas y soluciones para la transformación digital de tu compañía.
Considerandos estos aspectos, para la formación y desarrollo de los colaboradores es necesario transitar por las siguientes fases:
Identificar las necesidades formativas.
Iniciar un plan de formación necesita tener una caracterización del talento humano con el que cuenta la empresa, implica realizar un análisis de sus debilidades, fortalezas e intereses, a los fines de identificar preferencias, afinidades y el talento clave dentro de la organización. También, se determinan las áreas en las que se debe enfocar el esfuerzo para mejorarlas.
Precisar a quién/es se dirige.
Puntualiza sí la formación tratará de una temática para el interés general de todos los colaboradores, como por ejemplo resolución de conflictos; o sí por el contrario se va dirigir a un área, departamento, perfiles o temática en específico. Claro está, la empresa debe ofrecer formación permanente para todos los colaboradores que brinde soluciones a las problemáticas y desafíos a los que se enfrentan en su jornada laboral.
Establecer los objetivos.
Es necesario establecer las expectativas y los objetivos de plan de formación de manera clara y precisa, ubicándolos en el tiempo de acuerdo a la relevancia de las necesidades formativas que se detectaron.
Diseño del plan de formación.
El diseño del plan de formación además de cubrir las necesidades que se detectaron debe introducir experiencias prácticas, atractivas y útiles. Implica desarrollar una metodología que involucre a los colaboradores en la escogencia de lo que les gustaría aprender, tomando en cuenta sus intereses; los diversos ritmos y estilos de aprendizaje; la metodología de estudio a seguir; la modalidad de aprendizaje; los horarios y los recursos a utilizar.
Seguimiento y Valoración.
Su finalidad es evaluar la efectividad del plan de formación puesto en práctica, requiere monitorear el progreso de las competencias que se buscaban desarrollar con la formación y valorar las mejoras en el desempeño y el rendimiento en función de los indicadores elegidos. Adicionalmente, pulsar la opinión de los colaboradores acerca de los resultados a la vez de detectar nuevas necesidades de formación para abordarlas a futuro.
En definitiva, la manera correcta de lograr la formación de los colaboradores toma en cuenta que el aprendizaje permanente es una necesidad que debe anticiparse de manera proactiva para cubrir las demandas de desarrollo profesional presentes y futuras de los colaboradores. La mejor manera de atraer y retener el talento es formar y desarrollar las potencialidades de los colaboradores que tenemos.